12-10-2017, 09:11 PM
Lo he leído, lo que pasa que el análisis del anticatalanismo yo no lo comparto. Yo también he viajado por toda españa, quizá no tanto como este señor, pero quizá habría que preguntar a la gente que odia a los catalanes, por qué lo hace.
Cataluña, queráis que no, es el segundo centro económico y de poder en España. En el sur de la península, del mismo modo que piensan que los madrileños son arrogantes y que Madrid pasa de ellos olímpicamente, calaron muy hondo algunas maniobras políticas de los partidos catalanes en las dos últimas décadas. Aquellos mensajes sobre el sur de España, que en Cataluña resonaron como un retazo aplastado por el enorme ruido político de la región, en el sur tuvieron mucho eco y sentaron muy mal. También montaron mucho escándalo los políticos catalanes cuando se hizo el AVE Madrid-Sevilla, y en fin, pongo las dos primeras cosas que se me ocurren.
Como en casi todas las cosas, cuando pasa el tiempo la población olvida el objeto concreto de su rencor, pero los sentimientos que despiertan permanecen, y además se acumulan. Así es como funciona la mente de la gente. Y la política catalana ha sido especialmente incisiva en descalificar las formas o los intereses de otras regiones.
Pero al contrario que en Cataluña, cuya voz se escucha en toda la península, aunque a veces sea a través del filtro de "los medios de Madrid", la voz de otras regiones españolas no llega más allá de sus fronteras. Nunca ha existido en España un diálogo entre regiones, siempre ha sido entre Madrid y Barcelona, y a veces Euskadi, quizá Galicia. Todo el resto de la península está relegada al olvido.
Yo sinceramente, no les culpo. Como gallego, me resulta mucho más sencillo comprender cómo se siente un malagueño, que quizá aprendió algo de la historia de su región en el colegio, que un Catalán, que me entiende como un tipo pintoresco que viene de una región atrasada, que es lo que suele pasar cuando vas a Barcelona.
Esto, creo es demasiado tarde para arreglarlo, pero quizá los Catalanes, si sentís que os faltan tanto al respeto, deberíais hacer algo más que indignaros, y pensar que esto tiene que nacer de algún sitio. Hay historia, y ni siquiera hay que remontarse al franquismo.
Cataluña, queráis que no, es el segundo centro económico y de poder en España. En el sur de la península, del mismo modo que piensan que los madrileños son arrogantes y que Madrid pasa de ellos olímpicamente, calaron muy hondo algunas maniobras políticas de los partidos catalanes en las dos últimas décadas. Aquellos mensajes sobre el sur de España, que en Cataluña resonaron como un retazo aplastado por el enorme ruido político de la región, en el sur tuvieron mucho eco y sentaron muy mal. También montaron mucho escándalo los políticos catalanes cuando se hizo el AVE Madrid-Sevilla, y en fin, pongo las dos primeras cosas que se me ocurren.
Como en casi todas las cosas, cuando pasa el tiempo la población olvida el objeto concreto de su rencor, pero los sentimientos que despiertan permanecen, y además se acumulan. Así es como funciona la mente de la gente. Y la política catalana ha sido especialmente incisiva en descalificar las formas o los intereses de otras regiones.
Pero al contrario que en Cataluña, cuya voz se escucha en toda la península, aunque a veces sea a través del filtro de "los medios de Madrid", la voz de otras regiones españolas no llega más allá de sus fronteras. Nunca ha existido en España un diálogo entre regiones, siempre ha sido entre Madrid y Barcelona, y a veces Euskadi, quizá Galicia. Todo el resto de la península está relegada al olvido.
Yo sinceramente, no les culpo. Como gallego, me resulta mucho más sencillo comprender cómo se siente un malagueño, que quizá aprendió algo de la historia de su región en el colegio, que un Catalán, que me entiende como un tipo pintoresco que viene de una región atrasada, que es lo que suele pasar cuando vas a Barcelona.
Esto, creo es demasiado tarde para arreglarlo, pero quizá los Catalanes, si sentís que os faltan tanto al respeto, deberíais hacer algo más que indignaros, y pensar que esto tiene que nacer de algún sitio. Hay historia, y ni siquiera hay que remontarse al franquismo.